En un foro realizado en esta ciudad, donde participaron profesionales conocedores de la producción de soya en su cadena agro productiva se destacó el aporte a la seguridad y soberanía alimentaria en Bolivia, por su factibilidad para la producción de otros granos y cultivos bajo la forma de rotación de cultivos de verano e invierno, en el departamento de Santa Cruz de la Sierra.
La rotación de cultivos, es una forma sostenible de cultivar, que consiste en que en un espacio de tierra no se siembre, siempre sea de la misma especie, sino que al siguiente año, o en la siguiente campaña agrícola, en el mismo terreno, se siembre otra, y así por el estilo, con el fin de que la tierra no se empobrezca. Es el caso de la siembra de soya que se alternara en sucesivas campañas con otros granos como el trigo, sorgo, girasol, etc.
La rotación de cultivos consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúen en un tiempo determinado.
De esta forma se aprovecha mejor el suelo abonado (al utilizar plantas con necesidades nutritivas distintas y con sistemas radiculares diferentes), se controlan mejor las malas hierbas y se disminuyen los problemas con las plagas y las enfermedades, (al no encontrar un huésped tienen más dificultad para sobrevivir). Según expertos, esta forma de trabajar la tierra se la puede aplicar en diferentes ecosistemas y cultivos tanto en el oriente y occidente de nuestro país.
En Bolivia este sistema es una práctica que se realiza desde hace más de diez años, dada la presencia de tecnología y maquinaria para la agricultura extensiva, donde los grandes productores y medianos desarrollan esta tarea a fin de abastecer la demanda interna de los principales alimentos de la canasta familiar.
Según los productores, la única manera de alcanzar el incremento en la producción es mediante la siembra de soya con otros granos, por cuanto este es el rubro que genera mejores ingresos en toda la cadena agroalimentaria y también miles de empleos e ingreso de divisas al país, por cuanto los productores medianos y pequeños combinan con sorgo, maíz e incluso arroz la siembra de la soya durante dos campañas al año.
De esa manera se logró en las últimas décadas, contar con casi todos los alimentos básicos de la canasta familiar que tengan que ver con la producción de la soya, el bien llamado “grano de oro”, porque a que a partir de esta oleaginosa se produce mediante el “cultivo de rotación” con otros cereales y cultivos como la caña de azúcar, forrajes, etc., valor agregado en alimentos como el pan, fideos, aceite, leche, pollos, huevos, carnes, entre otros destinados a la agroindustria y a la exportación.
Jaime Hernández Zamora, Gerente de Planificación de ANAPO explicó que aparte de las 2,6 millones de toneladas de soya por cultivos de rotación se producen otros 2 millones de toneladas en maíz, girasol, sorgo, trigo, arroz, frejol y chía para así garantizar el abastecimiento de los principales productos de la canasta familiar y por tanto contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria de los bolivianos.
Según los expertos se indica que al margen de su aporte directo e indirecto a la soberanía alimentaria, la exportación de soya acumuló casi 10 mil millones de dólares en las últimas tres décadas, viabilizó la generación de miles de fuentes de empleo e ingresos, como resultado del esfuerzo de bolivianos y extranjeros que conjugan factores de tierra, trabajo, capital y tecnología hasta lograr que Bolivia figure entre los 10 países productores y exportadores más importantes de soya y derivados en el mundo.
SOYA GENERA VALOR AGREGADO
La exportación de soya y sus derivados ocupa el tercer lugar en el ranking exportador luego del gas natural y los minerales, habiendo superado los 1.000 millones de dólares los últimos años. Si se considera además las exportaciones de girasol y derivados, el generoso aporte de las oleaginosas en la gestión 2013 ascendió a 1.300 millones por la exportación de 2,5 millones de toneladas, con una composición de: 22% grano; 24% aceite vegetal y 54% en harina y torta de soya, denotando una evolución favorable en cuanto a productos con valor agregado, según datos oficiales. Los principales destinos para las exportaciones de soya son: Colombia (56%), Perú (27%), Ecuador (10%) y Venezuela con 8%.
El Viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez, en ocasión del evento destacó que la soya es el cultivo que creció más en producción, volumen y exportaciones. “Es un producto que genera recursos económicos, genera empleos”, e indicó que es importante, dialogar con gente del sector para ver cómo ampliar la producción, superficie, rendimiento, mecanización, inversión privada y pública, industrialización porque el gran desafío es aumentar la producción de soya en Bolivia; que para el Gobierno significa llegar a las 10 millones de hectáreas y sobrepasar las 40 millones de toneladas de varios alimentos; “por eso tienen que ayudarnos a planificar teniendo en cuenta que ya muchas instituciones tienen experiencia” dijo.
Al referirse a la agenda 2025 del gobierno para llegar a producir 10 millones de toneladas de alimentos Demetrio Pérez, Presidente de Anapo, dijo que para trabajar la tierra, producir y garantizar la soberanía alimentaria se requiere la liberación plena de exportación de soya porque sólo el 32% demanda el mercado interno y comparten con el gobierno el buen deseo de producir más y mejor, “pero para ello precisamos las señales correctas y estamos dispuestos a trabajar” enfatizó Pérez.
También demandan los productores de oleaginosas seguridad jurídica para la tierra, con “Cero Avasallamientos”, ampliación de la Función Económico Social a 5 años; uso de biotecnología moderna a través de un marco legal regulador y mejoramiento de la infraestructura productiva y logística de exportación.
El cultivo de soya se inició en Bolivia con sólo 35 hectáreas en 1980 y para el 2013 se registró 1,6 millones de hectáreas, llegando a producir 2,6 millones de toneladas de grano con un rendimiento de 2,26 t/ha, gracias al uso de semillas genéticamente modificadas, que hoy cubren el 100% de la superficie cultiva apuntalando a la productividad; reduciendo costos de producción y agroquímicos además de estar al alcance de los productores pequeños, medianos y grandes, explicó Hernán Zeballos, experto en economía agrícola.
Señaló que la cadena de valor de la soya genera más de 100.000 empleos directos e indirectos, con 14.000 productores afiliados a ANAPO, un 77% de ellos, pequeños (con menos de 50 Ha), 2% de grandes productores con más de 1.000 Ha; además, decenas de silos de acopio, industrias molineras, servicios privados, servicios públicos, proveedores de insumos, comerciantes, empresas de asistencia técnica, centros de investigación y transferencia de tecnología que componen la virtuosa cadena de valor de la soya.
“SOYA ES MUCHO MÁS QUE SOYA”
José Luis Landivar Bowles, Presidente del IBCE dijo que producir soya significa producir otros cultivos de rotación, como el trigo que sirve para producir el pan nuestro de cada día u otros bienes como arroz, frejol, girasol, chía, maíz y sorgo, y a partir de estos últimos, pollo y huevo, carnes y lácteos, quien además reflexionó, que “si Bolivia utiliza tecnología de punta para el transporte aéreo, el teleférico, para la comunicación el satélite Tupac Katari y se anuncia el uso de la tecnología atómica, ¿por qué no permitir entonces el utilizar tecnología de punta para producir más y mejores alimentos?”, abogando por el uso de la biotecnología en el país.
Al concluir el evento, representantes de los productores y de la sociedad civil destacaron el incremento de la frontera agrícola en los plazos y formas señaladas por el gobierno siempre y cuando se pueda pasar de lo ideal a lo real, por cuanto se cuenta con el potencial agrícola, ya que según el ranking mundial, Bolivia está entre los 10 principales países productores y exportadores de grano de soya y sus derivados.
El Foro “Soya: su importancia como cadena de valor agro productiva en Bolivia” organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior IBCE, contó con el respaldo del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras MDRyT, el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal INIAF, el Centro de Investigación Agrícola Tropical CIAT, la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz FEPSC, la Cámara Agropecuaria del Oriente CAO y con el auspicio de otras empresas.
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