lunes, 23 de junio de 2014

Crece el consumo interno de la soya y hay más variedad de productos

El consumo interno del ‘grano de oro’ ha crecido en los últimos cinco años y la oferta de productos para la población se ha diversificado. Sin embargo, los sectores avícola y ganadero siguen siendo los principales consumidores de la oleaginosa y no la gente.

El viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez, indicó que hace cinco años el consumo interno de la soya era menor del 20% de la producción y que hasta la fecha ya supera el 30%.

Según datos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), ese porcentaje de la demanda interna se consume en torta, harina solvente, harina integral y aceite, además de su utilización en semilla para la siembra. Son las agroindustrias que dan valor agregado al grano para su comercialización en el mercado nacional, principalmente al sector avícola y en el caso del aceite para el consumo humano.

Vásquez afirmó que, además de los sectores avícola y porcino, el productor lechero es el que está descubriendo las bondades de este grano para que las vacas puedan obtener mayor cantidad de ordeñe. Sin embargo, reconoce que el consumo humano sigue siendo bajo. “De manera indirecta se lo consume a través de la carne de pollo, de cerdo y el huevo”, agregó.

Desde Anapo indicaron que la producción de soya en la gestión 2013 alcanzó los 2,6 millones de toneladas de grano y que para este año proyectan incrementar su producción en al menos 15%.

“El 70% son excedentes que son exportados en productos con valor agregado (torta, harina y aceite) y que en 2013 han representado más de $us 1.200 millones en exportaciones”, indicaron.

Según datos del IBCE, Colombia fue el principal destino de la exportación de soya en 2013 ($us 520 millones), seguido de Perú, Ecuador y Venezuela.

Productos para el mercado nacional

En el país, la empresa Montecristo produce una variedad de productos que entre sus ingredientes incluye la soya. Esta fábrica, ubicada en el departamento de Tarija (zona el Portillo), se provee de soya no transgénica y certificada de Yacuiba y de Santa Cruz.

Marco Antonio Oretea, gerente regional Santa Cruz de Montecristo, explicó que una de las líneas de productos es la marca Mamá Soya, que ofrece carne de soya, hamburguesas, sopas y refrescos, tanto para el desayuno, almuerzo como para la cena.

“La capacidad mensual de producción de la planta en esta línea es de 150 toneladas, pero solo estamos ocupando un 20%”, señaló Oretea.

También explicó que cuentan con su línea Vital, con una variedad de complementos y suplementos nutricionales instantáneos, semimolidos y en polvo y elaborados a base de soya, cereales y leguminosas, con vitaminas y minerales. La fábrica también ocupa solo un 20% de su capacidad productiva. Montecristo distribuye estos productos en mercados, supermercados y grandes cadenas de farmacias.

Por otra parte, en la pulpería Origami, del supermercado Okinawa, se encuentra una variedad de productos artesanales hechos en Santa Cruz para elaborar refrescos y sopas, además de salsas para combinarlas con pastas, y lecitina de soya, que ayuda a reducir el colesterol en la sangre e incluso a adelgazar. El Miso, uno de sus productos más vendidos, permite elaborar deliciosas sopas, destacó la vendedora de la tienda comercial. Sus precios oscilan entre Bs 10 y 35.

Para Félix Guarachi, experto en temas agrícolas, hace falta mayor promoción y educación del valor nutricional de este grano, pues la soya tiene alto contenido de nitrógeno, de proteínas y vitaminas

Uagrm y la fundación soya y vida

Dos proyectos promueven su uso

El objetivo de la Fundación Soya y Vida es aumentar el valor nutricional de la gente de escasos recursos y por ello encontró en la soya la manera de alcanzarlo.

Elaine Toscano, presidenta de la fundación, indicó que la soya es un producto con una gran cantidad de proteínas, de gran producción nacional y de bajo costo.

Explicó que hasta la fecha colaboran de manera directa e indirecta a cerca de 15.000 personas, distribuidas en grupos, como hogares de niños, clubes de madres y hospitales. Las mujeres que conforman la fundación proveen la soya y enseñan a obtener una amplia cantidad de recetas.

El Instituto Boliviano de la Soya, de la carrera de Ingeniería de Alimentos de la Uagrm, lleva adelante el Plan Gabriel, que ha incluido el ingrediente de la soya en productos de panificación, carne y sopas que complementan la alimentación escolar en comunidades rurales donde existe prevalencia de la desnutrición. Están presentes en 26 municipios.

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